Publicado el 2010/04/07 por LACWM
Hay un refrán que dice: «Tal padre, tal hijo». Podemos pasarlo a la situación eclesiástica y decir: «Tal pastor, tal iglesia». Normalmente, una iglesia es lo que el pastor es. Si el pastor tiene a Dios en serio, la iglesia tendrá a Dios en serio. Si el pastor esta consagrado, la iglesia estará consagrada. Si el pastor lleva una vida de santidad, la iglesia llevara una vida de santidad también. Si el pastor tiene visión misionera, la iglesia tendrá visión misionera.
Uno de los fallos es que el pastor no esta preparado. Nuestros seminarios están entregando pastores sin visión misionera. En la mayoría de los seminarios, misiones es una materia entre otras, dada en apenas un semestre, con el objetivo de cumplir con el currículo. ¡Qué pecado! ¡Que vergüenza! Necesitamos un cambio radical en el estudio teológico. Si las misiones son la razón de la iglesia, debería haber por lo menos un departamento de misiones en cada seminario, como materia prioritaria, básica y obligatoria en toda enseñanza. Los pastores deberían salir de los seminarios conscientes de su papel y de la razón por la cual existe la iglesia.
Oremos para que Dios haga un cambio radical en nuestras vidas, seminarios e iglesias.
LAS RESPONSABILIDADES DEL PASTOR
A) CONDUCIR A LA IGLESIA A LA MADUREZ
En Colosenses 1:27b-29 nos dice «…Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de El, la cual actúa en mi».
Después de ese texto, las cartas de pablo a Timoteo y a la iglesia dejan muy claro que el papel del pastor es llevar a la iglesia a la madurez. La madurez ocurre cuando el creyente se va amoldando a la Palabra de Dios y tiene el carácter de Cristo reflejado en su vida. Un cristiano maduro sabe cual es su responsabilidad; por lo tanto, se vuelve un misionero en la cuidad donde vive o en cualquier lugar.
B) LLEVAR A LA IGLESIA A EXPERIMENTAR LA VOLUNTAD DE DIOS
«Así que, hermanos os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transfórmense por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual se la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12:1-2).
Observa que le apóstol Pablo esta desafiando ala iglesia a una entrega total a la santidad y a la renovación de la mente por la Palabra de Dios, todo para que pueda experimentar la voluntad de Dios. Una de las tares del pastor es llevar a la iglesia a experimentar la voluntad de Dios; por lo tanto los creyentes maduros, conscientes de su responsabilidad, para ser útiles en la obra, deben estar viviendo en el centro de la voluntad de Dios. ¡Cuantos creyentes están interesados en saber la voluntad de Dios para servirlo mejor! Puede, entonces, el pastor ayudarlos a entregar todo, para que puedan experimentar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
C) LLEVAR A LA IGLESIA AL SERVICIO DE EDIFICACION DEL CUERPO
«Y así mismo constituyo a unos profetas; apóstoles, a otros; a otros evangelistas; a otros pastores y maestros; a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (Efesios 4:11-12). Aquí, Pablo esta hablando de los dones ministeriales. Son distribuidos a los líderes de la iglesia, con el propósito de capacitar a los creyentes para el desempeño de su servicio. Quien da este servicio a los creyentes, debe tener como objetivo final el cumplimiento del propósito de la Iglesia, que es la evangelización del mundo. ¡Cuánto necesitamos pastores según el corazón de Dios, hombres que sirvan de modelo al rebaño!
¿CÓMO LOGRARLO?
A) PREDICAR Y ENSEÑAR
A través de la predicación y de la enseñanza de la Palabra, el pastor puede llevar a la Iglesia a la madurez, a experimentar la voluntad de Dios y a desempeñar su servicio; consecuentemente, a hacer misiones mundiales.
La predicación y la enseñanza son los dos instrumentos más poderosos en las manos del pastor hacia la iglesia. Hay un poder extraordinario en la Palabra. Principalmente si está ungida por el Espíritu Santo, habrá muchos resultados. Por lo tanto a través de la predicación, el pastor debe llevar a su iglesia a cumplir su tarea de evangelizar el mundo.
¡Predica la Palabra! ¡Predica con la autoridad del Espíritu Santo! ¡Haz llamados misioneros! ¡Desafía a tu iglesia!
B) MINISTRAR A LOS LÍDERES DE LA IGLESIA
Una iglesia no será misionera si sus líderes no tienen visión misionera, por ésto, el pastor deberá entrenar a sus líderes en la iglesia, ofrecerles cursos misioneros y darles tareas con esos fines. La ventaja de esto es el hecho de que si el pastor sale de la iglesia, ella continuara en la obra misionera, pues los líderes tienen esa visión.
C) ENTRENAR
El pastor debe de preparar un currículo para el entrenamiento de su iglesia en misiones. Podrá hacer cursos de desafió misionero, cursos prácticos de misiones, promover la lectura de libros misioneros, entrenar en la iglesia en un programa especial de misiones, etc.
El pastor es la clave. ¡Tal pastor, tal iglesia! Tal vez, tu, como pastor estés ahora dispuesto a hacer un examen de tu vida y tu ministerio, para comprobar si ambos están siendo fructíferos, si los miembros de tu iglesia tienen madurez espiritual y visión misionera. Un día yo tome una decisión: pedí perdón a Dios por mi motivación equivocada y decidí comenzar todo de nuevo, bajo la dirección del Espíritu Santo, y asumí personalmente la evangelización del mundo a través de mi iglesia. Dios es fiel y ha bendecido mucho la iglesia, y ya estamos recogiendo muchos frutos para su gloria. Haz lo mismo. Coloca tu vida y ministerio en las manos de dios. El va a honrar tu decisión. Tu vida e iglesia madurará. Cristo va a ser glorificado.
Por Edison Queiroz
Fuente: http://www.comhina.org